Seres mitológicos convertidos en figuras tridimensionales, gracias a las manos y la imaginación de artesanas y artesanos, alberga el Museo Regional de Ancud en la Colección Cestería de Chiloé.
Esta colección se compone por 187 piezas provenientes de 14 localidades y 5 comunas, elaboradas con diferentes fibras vegetales; y puede ser clasificada en las siguientes categorías:
- Cestería utilitaria tradicional: canastos, canastas para la recolección de mariscos, papas, manzanas, trigo, etc., litas, secadores, ahumadores, escobas, escobillones y canastos roperos.
- Cestería utilitaria-ornamental: paneras, individuales, carteras, pantallas, maceteros, costureros, etc.
- Cestería ornamental: cuelgas de pajaritos, de peces y quimpes (cuelga de tres pescados unidos por la boca) de Chaiguao, figuras de seres mitológicos y de lanchas veleras y botes de Llingua, y los juegos de té y mate de Llanco.
Llingua: inicios de una nueva cestería
Entre las década de 1960 y 1970 se produjo un cambio relevante en la cestería de esta isla, pues se comenzó a tejer una nueva serie de piezas utilitarias y ornamentales, destacando la confección de figuras de seres mitológicos a partir de 1972, producto de la influencia de Bernardo Quintana y Amador Cárdenas.
Las nuevas figuras vinieron de las manos de la familia Mansilla Miranda, integrada por las hermanas Carolina, Noemí, Ninfa, Deifilia, su hermano Pedro y su esposa Betty Molina.
La historia se remonta a la niñez de la hermana mayor, Carolina, quien sentada junto a una mata de quiscales, al lado de la iglesia, aprendió de su prima Agustina a hacer una trenza de "quiscal" de "cuatro patas", que con su forma de ajedrez era usada para confeccionar bolsos y otros tipos de objetos.
Olga Piñeiro, autora de "La cestería chilena", describe este tejido como "elementos que se entrelazan, el tejido se consigue llevando el elemento activo, o trama, sobre y debajo de cada elemento pasivo sucesivo o urdimbre. El tejido no cambia si la urdimbre se compone de dos o más elementos pequeños, que nunca van separados. En este trabajo los elementos son generalmente más anchos, o un grupo de dos o más elementos activos pasa sobre un grupo equivalente de elementos pasivos. La apariencia del tejido es similar a un tablero de ajedrez ya sea que el énfasis vaya en las líneas verticales y horizontales o en las diagonales (...)" (1967: p, 14).
El hito que marcó el desarrollo de la cestería en la familia y en toda la Isla Llingua, fue la estadía de Carolina en el Instituto de la Educación Rural (IER) de Ancud en 1964 (cuando ella tenía alrededor de 30 años), donde luego asistieron sus hermanas.
En la escuela aprendieron a compartir sus conocimientos con la comunidad, a utilizar los recursos naturales de la propia isla, y a proyectar la cestería como un producto comercial.
La cestería dejó de ser sólo una técnica utilitaria y se transformó en un oficio que permitió generar el sustento económico de muchas familias en esta isla de la comuna de Quinchao.
En 1999 fue creada la agrupación de mujeres "La ballena dormida", que hasta hoy fabrica piezas en fibra vegetal, incluidas figuras de los seres mitológicos. Su principal comprador es la Fundación Artesanías de Chile.
La confección de las figuras de seres mitológicos y la difusión de este trabajo amplió el espectro de la cestería y colocó a Isla Llingua como una localidad central en el desarrollo de la artesanía de Chiloé.
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