La canoa de Chaicura fue encontrada por pescadores en 2002 en la playa del mismo nombre en el golfo de Quetalmahue, cercano a la ciudad de Ancud. Según informaciones, estaba parcialmente expuesta, semienterrada en un sustrato de grava y arena gruesa. Luego del aviso de los lugareños, fue rescatada a principios de año 2017 por personal del Museo Regional de Ancud para evitar un mayor deterioro y eventual desaparición.
El hallazgo forma parte de la historia marítima de Chiloé, que comenzó hace más de 5 mil años. En ese entonces, los primeros grupos canoeros que poblaron la Patagonia hasta el Cabo de Hornos habían ya desarrollado embarcaciones que les permitieron atravesar exitosamente la intrincada geografía de canales, golfos y fiordos de la región. En un ambiente de mar interior en que las islas y la tierra firme se avistan en todo momento, el paisaje facilita la navegación, aunque no está exenta de obstáculos. Estas naves fueron la única forma de movilización y de subsistencia de dichos pueblos, en contraposición a lo que sucedía al norte del golfo de Reloncaví, donde las navegación no eran imprescindibles.
La canoa de Chaicura 1 muestra la variabilidad en la construcción de embarcaciones de tradición indígena en la zona, ayudando a comprender la adaptación local de tecnologías y tradiciones de armado venidas de otros lugares. Cabe preguntarse finalmente, si las embarcaciones prehispánicas tienen relación con los lanchones chilotes y otras naves posteriores. El fechado de radiocarbón y la identificación de la madera de la canoa de Chaicura ayudarán a progresar en la respuesta a dicha interrogante.
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